¿Y por qué la descentralización?

Explicación de las circunscripciones electorales en la Cámara de Representantes. Foto propia.
Explicación de las circunscripciones electorales en la Cámara de Representantes. Foto propia.

En el post anterior comentábamos cómo había surgido un cierto murmullo en la opinión pública, impensable hace unos años en Bélgica, sobre la posible recuperación de competencias por parte del gobierno federal. Ahora bien, ¿cómo surgió la descentralización de Bélgica?

Hablar de este tema nos llevaría probablemente varios posts. Vamos a hacer un resumen breve, tomando como referencia el libro België voor beginners (Bélgica para principiantes, 2014, escrito por Johan Vande Lanotte, Siegfried Bracke y Geert Goedertier), toda una «enciclopedia» sobre la estructura y la historia del actual Estado belga:

  • Uno de los derechos fundamentales reconocidos en la Constitución de Bélgica (1831) es la libertad de elección del idioma. Sin embargo, desde un principio el poder recayó principalmente en francófonos, el francés fue el idioma dominante y casi único durante todo el siglo XIX y buena parte del XX, y Valonia era la locomotora económica del país. No obstante, se van aprobando leyes de reconocimiento del neerlandés (publicación de leyes, acuñación de moneda bilingüe, enseñanza, etc) aunque no sin esfuerzo.
  • En 1932 se aprueba la primera frontera lingüística «mutable» (que podía cambiar en función de los censos de hablantes), que fijaba la zona francófona y la neerlandófona. Fue en ese momento en el que los francófonos rechazaron la posibilidad de una Bélgica enteramente bilingüe de Norte a Sur, que probablemente habría evitado muchos quebraderos de cabeza posteriores. Y lo hicieron porque temían dejar de ser competitivos ante el mejor conocimiento del francés de los flamencos, algo que curiosamente sigue ocurriendo hoy en día.
  • En 1963, y ante el avance del francés en la zona neerlandófona (en Flandes conocido como la Franstalige olievlek o «mancha de aceite francófona», porque se extendía lenta pero implacablemente), se fija la frontera lingüística inmutable y los municipios con facilidades. Asimismo, se delimitan las cuatro zonas lingüísticas de Bélgica: la francófona, la neerlandófona, la germanófona y la bilingüe. Es en ese contexto turbulento de reivindicaciones flamencas en el que se produce la Crisis de Lovaina, que vimos no hace mucho también. Y por si fuera poco, Flandes empezaba ya a despuntar como locomotora económica de Bélgica en detrimento de Valonia.

Era evidente que una reforma del Estado era imprescindible para que el país no estallara ante el grave conflicto social existente, tanto lingüístico como económico, entre el norte y el sur.

 

Las reformas del Estado

El actual modelo federal belga no es fruto de un cambio brusco sino de varias reformas constitucionales que se han llevado a cabo a lo largo de 41 años. Se conocen como «las 6 reformas del Estado»:

  • Las primeras reformas del Estado (la Primera y la Segunda) se producen en 1970 y 1980, respectivamente: en ellas se aborda principalmente el tema de las competencias culturales (reivindicación flamenca), se crean las Comunidades lingüísticas y toman forma también las Regiones: Flandes unifica la Comunidad y la Región bajo un mismo gobierno, mientras que los francófonos deciden mantenerlas separadas.
  • La Tercera reforma del Estado se produce en 1988 y en ella se crea la Región de Bruselas-Capital, ya creada casi de facto por su condición bilingüe en las anteriores reformas. Se dota, además, de nuevas competencias a las regiones y comunidades.
  • La Cuarta reforma del Estado, de 1993, es para muchos la más importante, ya que en ella Bélgica deja oficialmente de ser un país unitario para pasar a ser un estado federal: las Comunidades y las Regiones obtienen casi todas sus competencias y el artículo 1 de la Constitución de Bélgica pasa a decir: «Bélgica es un estado federal que se compone de comunidades y regiones».
  • La Quinta reforma del Estado se produce en 2001 y en ella se otorgan nuevas competencias a las regiones como agricultura y comercio exterior, y se modifica la elección de diputados de la circunscripción de Bruselas en el Parlamento flamenco.
  • Y finalmente, la Sexta reforma del Estado, de 2011, aborda el espinoso tema del distrito Bruselas-Halle-Vilvoorde (más conocido como BHV), que tantos problemas dio a los distintos gobiernos belgas y que provocó que el país estuviera más de un año y medio sin gobierno, aparte de otros acuerdos como el voto de belgas en el extranjero o planes para renovar las instituciones.

Como veis, la Bélgica federal actual no es un plan improvisado sino el resultado de décadas de compromiso, palabra que a los belgas les encanta. Hablar de «recentralización» es complejo y personalmente creo que sería romper en parte ese «compromiso». No creo que se lleve a cabo, pero si se hace, tal y como dije en el anterior post, será un proceso muy largo y delicado.

2 respuestas a “¿Y por qué la descentralización?

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